jueves, 8 de marzo de 2007

MÚSICA, HISTORIA, REMEMBRANZAS Y SENTIMIENTOS

Juan Zamora



La música en la historia

Nietzsche decía que: “Sin música la vida sería un error” Y no se equivocaba, por eso es que la música ha existido desde un principio.

“En el principio, Dios creó los cielos y la tierra”

Estoy seguro de que en el proceso de la creación, Dios tenía dispuesto un gran equipo de sonido, el cual le ayudaba a inspirarse (en Griego, música significa “El arte de las musas”).

De todo ese aparataje, compuesto por cornetas, subwoofers, twister, parlantes, buffers, amplificador y reproductor de CD, salía la música de Igor Stravinsky. Sí, la misma que utilizó Disney en la película Fantasía. Eso no fue una idea original, digo, la de Disney. En esa cinta, simplemente se reprodujo o más bien, se hizo una representación de los hechos.

Mientras sonaba “La Consagración de la Primavera”, Dios creaba suelos, vegetación, mares, ríos y nubes. Una vez concluida esta parte, buscó dentro de su estuche de CD’s y extrajo uno de música Celta; lo puso a sonar, sacó sus barras de plastilina de colores y comenzó a moldear Ardillas, Venados, Conejitos, Mariposas y Pajaritos.

Cuando hizo al hombre y a la mujer, seguramente estaba escuchando a Barry White. Luego puso unos valses vieneses, algunos alimentos al alcance de la recién creada y linda parejita, y se retiró a descansar.

Recostado en su lecho, de la mesita de noche sacó un MP3, se colocó los audífonos y oyendo al buen Bob Marley, se quedó dormido.

En eso, llegó La Serpiente reptando, con su I-pod a cuestas y escuchando la música de Los Rolling Stone (“Simpatía por el Diablo”, quizás...); se quedó observando al hombre que yacía plácido y sereno sobre la hierba, y a la afanosa e inquieta mujer buscando qué hacer.

Mostrando la bífida lengua y sus filosos colmillos, se relamía de gusto, pensando que era su oportunidad; éste era el momento preciso para crear caos, confusión y crisis.

Cambió el CD que Diosito había dejado puesto, y en su lugar comenzó a sonar un Reggaetón. Ese fue el comienzo del fin. Aquel impúdico reptil le enseñó a la mujer, lo que era el “Perreo”, el “Mamboteo” y el “Jamaqueo”.

Cuando el hombre se percató de aquella manzana meneándose en frente de él, perdió toda cordura, inteligencia y razón. El resto, es historia harto conocida.

Como verán, la música siempre ha estado presente. Nos ha acompañado desde el principio y sigue allí; omnipresente, mística, envolvente e inefable.

John Willliams, músico y compositor Estadounidense, fue quien musicalizó la era prehistórica. Plasmó tan claramente esa época en su música, que tiempo después fue utilizada en “Jurassic Park”. Tan versátil es este señor que incluso fue requerido en el futuro para ponerle “musiquita” a la “Guerra de las Galaxias” (Star Wars).

No importa qué tan adelante o hacia atrás nos movamos en la historia, ni en qué lugar de la tierra nos encontremos; igual siempre habrá música.

En la historia Norteamericana, observamos que ellos, siempre libraban sus batallas con un tambor redoblante y una flauta a la mano. Si nos referimos a la nuestra y aunque no estoy muy seguro de esto; posiblemente Bolívar, Rivas y Zamora, hacían sonar música de Alí Primera o de Silvio Rodríguez, cuando entraban en combate.

En la época de la esclavitud, en el Norte, a la gente traída del continente Africano, convencidos a punta de garrote de que eso era lo mejor para ellos, escuchaban a Ray Charles, a B. B. King, a Bessie Smith, a Louis Armstrong y a Quincy Jones. A los de acá, los dejaban escuchar a “Tambor Urbano” los domingos por la tarde.

En Suramérica, las festividades de los aborígenes, eran amenizadas por El Indio Araucano, Los Indios Tabajaras, Atahualpa Yupanqui y Mercedes Sosa.

Por estos lados, la cosa era distinta. Cristóbal Colón no sabía de música, pero los que vinieron con él, llegaron tocándole el “órgano” a las pobres indiecitas.

Actualmente, el líder del Norte se la pasa tocando los “Tambores de Guerra” En cambio aquí, en nuestro suelo patrio… cada domingo nos hablan de historia y nos cantan algo (¡qué bueno!).

Remembranzas musicales

"El arte de la música es el que más cercano se halla de las lágrimas y los recuerdos."

Esta cita de Oscar Wilde, nos trae a algo inevitable, casi toda vez que escuchamos música: Remembranzas.

La música del “Zorro” me recuerda a mi abuela. Esa era la hora en que me traía mi arepa frita y mi tortilla para merendar frente a la TV, mientras veía al enmascarado trajeado de negro y a su fiel “Tornado”, escapar del Sargento García y del Capitán Monasterios.

La música del “Llanero Solitario” me indicaba que era hora de almorzar; y la de “Meteoro”, que tenía que apurarme con la tarea. La del “Exorcista” sonaba cada vez que venía mi mamá con la correa y la del “Avispón Verde”, marcaba mi veloz huida.

Pablo Milanes marcó por un tiempo mi adolescencia. Comenzando la secundaria, salí a marchar en una oportunidad, lanzando vítores y loas al “Ché” y a “Fidel”. Pero eso duró hasta que un “compañero barbudo” que ya estaba por graduarse, me dio un valiosísimo consejo: “No comas mierda”.

Siento con la música

Según Arthur Schopenhauer, filósofo Alemán: “En la música todos los sentimientos vuelven a su estado puro y el mundo no es sino música hecha realidad.”

Música, siempre música señores, estamos rodeados de música ¡Somos música!

Al igual que los Pingüinos Emperadores, nosotros también tenemos nuestra “canción del corazón”, y no sólo para conseguir pareja; también tenemos una para cada ocasión. En mi caso, por ejemplo:

Cuando me enamoré perdidamente y sin remedio, la canción que sonaba era “Sunshine Reggae” de Laid Back. Sin embargo, superados los primeros veinte años y bien adentrados ya en la tanda de los segundos veinte (¡100 % optimismo!) la música que suena es “Tu amor me hace bien” de Marc Anthony.

Cuando pienso en mi hija, lo hago con “No Woman, no cry” de Bob Marley.

Mozart, Bach, Beethoven y Strauss, están siempre prestos a relajarme. Marley, Tosh, Steel Pulse y Black Uhuru, hacen lo propio, pero además me animan a seguir.

Van Halen, Black Sabbath, Limp Bizkit, Papa Roach, Korn, System Of A Down, Mudvayne y Metallica, me recuerdan que existen los Vampiros y los Hombres Lobo.

Sabina, Fito, Facundo y Serrat, para cuando estoy triste.

Es mucha y muy variada la música que escucho. Así como las cosas que siento a través ella; pero hablar de ello, serían notas de otro pentagrama.

Quiero dejarles, para terminar, un par de citas más que conseguí y que no tienen desperdicio:

"En verdad, si no fuera por la música, habría más razones para volverse loco."
Tchaikovski

"No basta con oír la música; además, hay que verla."
Stravinski


http://lemuriosidades.blogspot.com

2 comentarios:

La Gata Insomne dijo...

Buenisima la crónica, resumen paneo o lo que sea. Las imágenes de la creación y del paraíso geniales.
Las alusiones a la conquista, política actual maravillosamente divertidas y como ciertas, de no existir la cronología del tiempo (si es que existe) seguro hubieran escuchado lo que señalas.
Los recuerdos de infancia igualitos, sólo que a mí no me consentían tanto como para dejarme merendar en la sala.
Lo más lindo: lo de tu hija

De verdad me gustó mucho, es sensible y divertido.

Maria D. Torres dijo...

“En la música todos los sentimientos vuelven a su estado puro y el mundo no es sino música hecha realidad.”
Qué maravilla. Schopenhauer será machista, pero era un genio